jueves, 12 de marzo de 2009

“DO Circulo de Arte Marcial”

Inicia una nueva Era

La belleza, fundada en la estética natural del cuerpo humano y recreada en sus movimientos; la fuerza, cualidad que hay que imprimirles para obtener el efecto letal, encuentran equilibrio en la posición que las sintetiza.

Este juego de opuestos, presente en todos los movimientos, desde la propia respiración: inhalar, exhalar, relajar, tensionar; tiene por objeto integrar nuestra fuerza interna, con la externa, la conexión de nuestras capacidades físicas y mentales, lo cual sólo se logra a través del dominio del cuerpo y de las emociones.

Esta es la profundidad con que la escuela “Do, Círculo de Arte Marcial” pretende que asimilemos la práctica del Tae Kwon Do.

El reto está en trascender el límite que separa al deporte de la forma de vida, la diferencia está en el nivel de compromiso con uno mismo y con la humanidad, la diferencia está en los valores que norman nuestra práctica, pues conocemos los polos negativo y positivo, ya que aprendemos a causar daño y aprendemos a respetar todo forma de vida, cargarse hacia uno de los polos es responsabilidad individual.

Todo Taekwondoin aspira llegar a ser cinta negra y subrayando la expresión, llegar a ser, porque hay una gran diferencia entre poseer la cinta negra y ser uno de ellos. Poseerla es quizá lograr un cierto nivel de dominio de las diferentes técnicas de ataque y defensa, llegar a cierto grado de perfección en la ejecución de movimientos, sin embargo, sólo nos estaremos refiriendo a una habilidad física. Ser cinta negra implica una actitud ante la vida.

El fin superior del Tae kwon Do es que el hombre llegue a encontrarse consigo mismo, que llegue a unir su cuerpo, su mente y su espíritu, una vez llegado a este nivel, estará en armonía y podrá integrarse con el Universo.

Esta es la clase de cinta negra que la escuela “Do, Círculo de Arte Marcial” pretende forjar bajo la dirección de Manuel Jurado, un hombre que ha hecho del Tae Kwon Do una forma de vida.

En el mes de marzo de 1996 surge en el estado de Oaxaca, México, “Do círculo de Arte Marcial” como parte de un proceso natural desarrollo del Tae Kwon Do, y como parte también del camino hacia la excelencia que profesan un grupo de destacados maestros del Tae Kwon Do nacional, encabezados por el Comunicador Gráfico y maestro de Tae Kwon Do Manuel Jurado Malacara, cinta negra sexto dan medallista olímpico en Seúl 1988.

Se trata de una nueva expresión de Tae Kwon Do que retoma las mejores practicas, tradiciones y técnicas del sistema MDK para enriquecerlas como métodos integrales de aprendizaje, y a la luz de una concepción diferente, que reconoce y parte la esencia técnica del Tae Kwon Do, para entrelazarla con modernas técnicas para el desarrollo el físico –atlético, y lo más importante, con el desarrollo académico, intelectual, espiritual y ético de todos aquellos que practican esta disciplina.

En “Do, Círculo de Arte Marcial” ha quedado atrás la rígida y mal entendida disciplina, casi castrense, que tradicionalmente se empleaba en la práctica ortodoxa del Tae Kwon Do, para dar cause a un trato distinto:

Ahora, el aprendizaje se da a través de dinámicas de grupo que conjugan el juego con la competencia y la disciplina, lo que logra evitar que la práctica del Tae Kwon Do sea menos tensionante, y por lo tanto, más entendible y amigable para quienes la aprenden.

En esta nueva concepción, se trata de involucrar a la familia en el mundo del Tae Kwon Do, ya sea como practicantes o como agentes activos, al participar los familiares en cursos, conferencias y en la organización de eventos y torneos. Se trata de una convivencia donde los alumnos interactúan con sus padres, con sus maestros y compañeros, estableciéndose un clima de gran cordialidad que impacta favorablemente en los niveles de seguridad, de sociabilidad y en las actitudes de triunfo de los practicantes.

En “Do, Círculo de Arte Marcial”, la vinculación entre Tae Kwon Do y desarrollo académico constituye un pilar fundamental, toda vez que los practicantes están obligados a obtener buenas calificaciones, a fin de acceder a grados más avanzados.

Asimismo, en esta nueva expresión de Tae Kwon Do, la edad, sexo o condición social de los practicantes pasa a segundo plano, ya que se puede ingresar desde muy temprana edad en una modalidad informal de Tae Kwon Do denominada “preescolar”, donde se ayuda a los menores a adquirir un adecuado desarrollo psicomotor, además de condiciones de seguridad y autoestima que serán vitales en el desarrollo de los individuos en su etapa adolescente y adulta.

“Do, Círculo de Arte Marcial”, ha abierto también sus puertas a personas adultas lo que resulta sumamente benéfico, ya que el Tae Kwon Do se ha convertido en un magnífico complemento a las actividades que realizan en el seno familiar y de manera profesional.

Además de ello, la práctica del Tae Kwon Do ofrece en la vida adulta una aceptable alternativa para abatir el “estrés”, preservar un buen estado de salud, mantener una adecuada condición y apariencia corporal.

La practica del Tae Kwon Do en “DO, Círculo de Arte Marcial”, constituye una excelente herramienta para “El Desarrollo Integral del Ser Humano”.

El conocimiento de la filosofía, mas que de la mera técnica corporal ayuda a mejorar como seres humanos que buscan el equilibrio, no sólo en la práctica de este deporte olímpico, sino también como profesionistas, estudiantes y sobre todo, en su calidad de vida y en su humanismo.