lunes, 6 de abril de 2009

El entrenamiento infantil

Principios del entrenamiento infantil
El proceso del entrenamiento infantil en su conjunto se realiza sobre la base de determinados principios, reglas o normas. Habitualmente se parte de dos grandes bloques que los engloban a todos:
  • Principios biológicos, los que afectan los procesos de adaptación orgánica del alumno.
  • Principios pedagógicos, los que de alguna manera incluyen la metodología empleada durante el proceso de entrenamiento.

Biológica y evolutivamente, la formación multilateral favorece los procesos de maduración y desarrollo de acuerdo a los períodos sensibles del mismo, y evita un excesivo desgaste unilateral precoz.

En el entrenamiento infantil se deberían anteponer objetivos educativos globales a otros objetivos más puntuales pero con menos proyección en la formación deportiva del niño, aunque su consecución sea a medio y largo plazo. Esta formación es un proceso largo y complejo que no conviene acelerar en aras sólo del éxito inmediato.

La finalidad que se persigue en el entrenamiento con niños es la expansión de todas las posibilidades motoras para conseguir un amplio repertorio de movimientos. Así, se podrían aprender formas motrices específicas, con mayor facilidad y rapidez y de forma más estructurada.

El objetivo no es un incremento demasiado rápido de los rendimientos deportivos que, aunque factible, tendría poca duración ya que iría ligado a una sobresaturación temprana por el deporte.


Proceso de enseñanza-aprendizaje
El proceso de enseñanza-aprendizaje deberá ser un proceso individualizado. Por no ajustarse en sus métodos (centrados sobre todo en la demostración y repetición como vía de adquisición de las técnicas) al ritmo de desarrollo del niño y a sus intereses, formas de comprensión, atención, etc., se convirtió muchas veces en un mero adiestramiento (un "mini entrenamiento" mimético del de los adultos) y no en una verdadera educación.

Paradójicamente, resultaba de este modo poco motivante para muchos niños, que deseaban más el juego motriz libre que las sesiones de aprendizaje rígidamente programadas.

Por carga de entrenamiento se entiende la cantidad de trabajo (o trabajo-pausa) realizado, expresando así el nivel de exigencia de las actividades, medios y métodos seleccionados para el entrenamiento.

El objetivo es que las cargas provoquen transformaciones funcionales, bioquímicas, morfológicas y psíquicas, en procesos de adaptación, como forma de aumentar la capacidad de rendimiento deportivo.


Actividades adecuadas de los niños
Las actividades de los niños en la primera edad escolar deben caracterizarse únicamente por el conjunto de gestos que la determinan. Si los gestos son lo suficientemente proporcionales a las capacidades de cada uno y se los propone de manera que interesen y diviertan, entonces se logró el objetivo.

El entrenamiento intensivo precoz es totalmente erróneo y está alejado de las necesidades biológicas y psicológicas infantiles. El aprendizaje prematuro, que produce rápidos aumentos del rendimiento, suele ser antieconómico e inútil, ya que fija actitudes y estereotipos dinámicos primitivos, que traen como consecuencia posteriores estancamientos y desarrollos insuficientes en etapas posteriores.

El concepto de rendimiento-salud debe asociarse hacia el desarrollo integral del niño y estar sustentado en un proceso pedagógico progresivo, sistemático y variable.

El entrenador debe aplicar la pedagogía y controlar bien el aprendizaje; pero sobre todo evitando que el niño "se queme" en las acciones de este aprendizaje, ya que de esa forma se abreviaría mucho su vida deportiva. No siempre la madurez necesaria para iniciar una disciplina deportiva es básicamente la madurez biológica, sino la psicológica y éstas no siempre coinciden totalmente en la edad evolutiva.

Es necesario crear una metodología del entrenamiento del niño, un entrenamiento para el niño, es decir, un entrenamiento de adquisición y de desarrollo de aptitudes motrices que se diferencie del entrenamiento de alto rendimiento. No se trata de eliminar el entrenamiento de la educación, sino que no contradiga por sus métodos los fines de la misma.

Hay que empezar paulatinamente con el desarrollo de las cualidades físicas, siendo las más convenientes la capacidad aeróbica, la amplitud de movimiento, la fuerza dinámica, la resistencia muscular, las capacidades psicomotrices o coordinativas, el tiempo de reacción y la velocidad gestual.